Cuando hay un incendio no hay que mirar la factura del agua, fue el mensaje subliminal del presidente francés, Emmanuel Macron, cuando anunció el jueves una batería de medidas sin precedente. Rebrote La actitud europea contrastó con la frivolidad de Donald Trump, que hasta el miércoles bromeaba sobre la epidemia y el viernes tuvo que resignarse a declarar el estado de emergencia. Su única preocupación estuvo concentrada en tratar de sostener la bolsa y la industria norteamericanas. La epidemia, en todo caso, provocó un rebrote del nacionalismo con cierres de frontera, cuarentenas innecesarias, negativas de ayuda, proteccionismo y mayores controles de inmigración. La otra consecuencia, que alcanzó dimensiones alarmantes, fue la ola de pánico que desencadenó la expansión de la infección. "Es más inquietante la 'coronopsicosis' que la epidemia", comentó el profesor Patrick Zylberman, autor del libro de historia Tempestades microbianas. Pero, sobre todo, tuvo un efecto inesperado: multiplicó las dudas de los economistas de todo el espectro político en las economías avanzadas, incluyendo los expertos de la OCDE, quienes empiezan a sospechar que el neoliberalismo comienza a mostrar sus límites.
Close X Thank you for trying the Audio & Transposition features You have reached your limit for today. Please subscribe for unlimited playback & transpositions Individual Subscriptions: Click here for more info on subscriptions